Decidió que ella
le pertenecería a él y solo a él
El imprudente
magnate Luca Castelli creía saberlo todo de Kathryn, la viuda de su difunto
padre, y no estaba dispuesto a dejarse engañar por la adoración que le mostraba
la prensa rosa. En su opinión, aquella mujer joven y dolorosamente hermosa no
era ninguna santa. Por eso, cuando las condiciones del testamento de su padre
lo obligaron a convertirse en su jefe, decidió llevarla hasta el límite…
Pero cuando
Kathryn se mostró a la altura del reto, el fuego entre ellos, que se alimentaba
de odio y lujuria a partes iguales, se volvió aún más intenso. Hasta que una
noche Luca descubrió que la inocencia de Kathryn era más profunda de lo que
habría podido imaginar…
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