#12 Dulces palabras de amor
Isabel Beebe estaba convencida de que tenía mala suerte en el terreno
amoroso. Ford Hendrix, su amor de adolescencia, había ignorado todas sus
cartas. Su marido la había dejado... por un hombre. De modo que Isabel había
vuelto a Fool’s Gold para resucitar su pasión por la moda y regentar la tienda
de trajes de novia de su familia hasta que sus padres la vendieran. Después se
marcharía para intentar hacer realidad sus sueños. Al menos, ese era el plan,
hasta que volvió Ford, tan sexy y encantador como siempre, y ella se sintió de
nuevo como una chica de catorce años.
Ver a Isabel convertida en una mujer fue para Ford, entrenador de
guardaespaldas, como un gancho directo a la mandíbula. Años atrás, cuando se
había enrolado en el ejército impulsado por un desengaño amoroso, las dulces
cartas de Isabel habían impedido que se volviera loco. Ahora no podía apartar
los ojos… ni los labios de ella. Y tenía de pronto una razón para quedarse en
Fool’s Gold, si unas dulces palabras podían convencer a Isabel de que hiciera
lo mismo
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