Mari se volvió loca de alegría cuando un acaudalado hombre
de negocios le ofreció un trabajo como niñera de su hijo. Pero al llegar a su
casa, descubrió que tenía dos hijos… y el que estaba a su cargo, Nikos
Costanides, no era la monada de niño que había ido a recibirla, sino su
hermano: ¡un griego de treinta y dos años, y un reputado playboy!
Y no se trataba de un error. El padre de Nikos la había
contratado para que reformase al rebelde de su hijo. Pero Mari no estaba segura
de poder persuadir a aquel hombre de que acatase sus órdenes. Sobre todo,
porque él no quería ser reformado. De hecho, su mayor interés era,
precisamente, reformar a Mari.

No hay comentarios.:
Publicar un comentario