Tercero
de la serie. Monte DeAngelis había regresado a Ambria con
el fin de reclamar su trono
y a la única mujer que le estaba vedada.
Comprometida en contra de su voluntad a casarse con
el enemigo de Monte, la inocente Pellea no había olvidado los momentos pasados
en brazos de Monte del que, además, ¡estaba embarazada!
Monte siempre había pensado que el amor no tenía
cabida en su mundo, pero el valor y la pasión de Pellea le resultaban
irresistibles. Estaba abocado a aquella mujer.
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