Octavo de la saga. Después de que su inusitado comportamiento
saltara a los titulares de los periódicos, la recatada Olivia Balfour había
sido enviada muy lejos de casa, a trabajar para Clint McAlpine, un barón del
ganado tan salvaje e indomable como su hacienda del interior de Australia. Y
Olivia se llevó una sorpresa cuando él la informó de que tendría que estar
completamente a su disposición.
Clint estaba decidido a ver más allá del remilgado exterior de Olivia. Y
bajo el calor del sol australiano, iba a disfrutar desabrochándole todos y cada
uno de los botones.
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